martes, 19 de agosto de 2014

IMPULSORES DE CCS TIENEN SUBCONSCIENTE ANTIDEMOCRÁTICO


José Juan Reyes / El Economista

Jesús Ortega expresidente del PRD. Foto Archivo EE: Natalia Gaia

La pretensión de que en el PRD surja una candidatura de unidad (la cual algunas corrientes perfilan recaiga en Cuauhtémoc Cárdenas) sólo evidencia el intento de regresar a la cultura del pensamientoúnico, es decir, la imposición. Por lo tanto, dentro del partido se debe impulsar la propuesta de una contienda entre dos o más aspirantes.

Así lo considera Jesús Ortega, líder de la corriente Nueva Izquierda del PRD, la cual ha mantenido la dirigencia nacional del instituto político y en esta ocasión se enfrenta a un bloque de expresiones que buscan el consenso para apoyar la candidatura de unidad. Los chuchos mantienen la propuesta de Carlos Navarrete.

“Los compañeros que proponen una candidatura única, no digo que lo hagan con mala fe, en el fondo, en su subconsciente, tienen la idea de no a la competencia, no a la democracia. La idea de la candidatura única no me causa problema, pero la contradigo porque es recurrir a la vieja cultura política de la unanimidad, del pensamiento único, de que no haya competencia entre las ideas”.

Entrevistado en su oficina, en la colonia Condesa, el ex dirigente del PRD aseguró que no altera la presencia de otro partido de izquierda, en este caso Morena -y con personajes emanados del Sol Azteca- “no veo mal que los electores hagan la diferencia entre dos visiones. Nosotros, una izquierda progresista, del siglo XXI, que critica, pero quiere construir soluciones, frente a una izquierda intolerante, integrista, una izquierda populista”.

En el partido, actualmente prevalece un bloque de corrientes, entre ellas IDN, de René Bejarano, que impulsan la candidatura de unidad de Cuauhtémoc Cárdenas. Al respecto, Ortega Martínez dice que cuando en el PRD se plantea la posibilidad “en lugar de la cultura democrática y competencia, los compañeros regresan a la cultura de la unanimidad, a la que hay que dejar atrás”.

¿SE QUIERE TOMAR A CUAUHTÉMOC CÁRDENAS COMO UN SALVAVIDAS?

Algunos (perredistas) lo quieren tomar así, pero creo que son los menos. En el fondo está esta cultura política de la unanimidad. El peso de personajes como salvadores, de individuos como salvadores.

¿Ahora con Morena se busca una competencia de caudillos entre los partidos de izquierda?

Algunos compañeros así lo piensan. En lugar de que la lucha sea política, para que la gente reflexione, lo convierten en la lucha entre dos titanes, como en la mitología, entre dos semidioses o entre varios. Eso parte de lo que una izquierda debe superar y hacer de la política en México no un asunto de personajes que asumen el papel de salvadores, sino de una actividad ciudadana”.

¿ESTA VISIÓN DE UNA NUEVA IZQUIERDA TRAERÁ RIESGOS, COMO CAÍDA DE VOTOS O IMAGEN EN EL PRD Y SE BENEFICIE A MORENA?

“Todo proceso de competencia tiene riesgos. No veo mal que los electores hagan la diferencia entre dos visiones de la izquierda. Veo bien que la gente vea a una izquierda progresista, como tratamos de ser nosotros, del siglo XXI; de una izquierda que critica pero quiere construir soluciones a problemas del país. Frente a una izquierda intolerante, una izquierda integrista, a una izquierda populista”.

A menos de un mes para renovar consejos municipales, estatales y nacional, las corrientes del PRD llegan con fragmentaciones internas. El surgimiento de liderazgos refleja esta separación de la cúpula. Y es que cada uno de ellos registró sus propias planillas para contender y buscar espacios de decisión y no depender de un solo líder.

Estos líderes de grupos que mantienen leve distancia en Nueva Izquierda colocaron al menos cinco planillas distintas, Alternativa Democrática Nacional tiene tres; en el caso de IDN, de René Bejarano, logró unificar y llevan sólo un listado de candidatos a consejeros estatales (en el caso del Distrito Federal).

Jesús Ortega menciona que la existencia de las expresiones son legítimas y necesarias; contrario con al PRI. “Es sana la proliferación de corrientes. En los otros partidos hay cúpulas que son las que ocupan los cargos, aquí cualquiera se puede juntar con otros y decir: queremos ser dirigentes”.

Situación que no ocurre en otros partidos, por ejemplo Morena, allá dice (Andrés Manuel López Obrador) el movimiento soy yo. Como el rey sol. Eso es el integrismo, autoritarismo en la expresión más extrema”.

jose.reyes@eleconomista.mx

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