viernes, 19 de septiembre de 2014

EL INE Y LA ELECCION DEL PRD


Lorenzo Córdova Vianello
 
Ha sido una buena noticia para la democracia el éxito organizativo de la elección interna del PRD. Fue un proceso inédito, con el que estrenamos una nueva legislación y que esperamos contribuya a fortalecer tanto la vida interna de ese partido como a consolidar a nuestro sistema de partidos.
Para que el INE participara en la organización de esta elección interna era indispensable definir instrumentos normativos que dieran certeza y clarificaran los tramos de responsabilidad del Instituto y los que, por su parte, quedarían en manos de los órganos internos del partido político.

Con esta finalidad el Consejo General del Instituto aprobó unos lineamientos, un dictamen de factibilidad y un convenio de colaboración que sirvieron como la hoja de ruta de la participación institucional en esa elección interna, ya que precisaron, una a una, las actividades que asumiría el INE, así como los tiempos y criterios para llevarlas a cabo. De la misma manera, en tales documentos se establecieron las actividades que estarían a cargo del PRD. Se trató, pues, de documentos que permitieron “deslindar responsabilidades”. Es importante mencionar que la estructura de estos instrumentos normativos se diseñó con la intención de que pudieran ser generalizables, en caso de que en el futuro, con base en la atribución legal, otros partidos solicitaran al INE la organización de sus procesos de elección de cuadros directivos, a través del sufragio universal de sus militantes.

Así, en menos de cuatro meses el INE tuvo que adaptar los procedimientos que el IFE probó durante años en las elecciones para renovar al Congreso de la Unión. Se involucraron prácticamente todas las direcciones ejecutivas y la totalidad del personal en las oficinas delegacionales del INE en cada entidad y de las 300 oficinas distritales en todo el país. En ese sentido, el despliegue operativo del Instituto fue, con la proporción debida, como organizar una elección constitucional en escasos 120 días.

De esta forma el INE se hizo cargo de la selección aleatoria de un millón 114 mil 633 ciudadanos (equivalente al 25% del listado nominal perredista) para la integración de las mesas receptoras de votación; del registro de 89 mil 340 candidatos en diferentes modalidades, así como de las respectivas sustituciones; de la impresión de más de 21.4 millones de boletas; la ubicación e instalación de 8 mil 240 casillas; la validación y distribución del listado definitivo de afiliados elegibles que contenía los registros de 5.3 millones de votantes potenciales, así como de los materiales que se utilizaron en las casillas.

Los números de la elección no mienten: fue un auténtico desafío técnico que el personal del INE superó con profesionalismo e imparcialidad. Además, un factor que aderezó la complejidad de estos trabajos fue que los documentos normativos perredistas no necesariamente coinciden con las características de un proceso electoral constitucional y que, durante esas semanas, no se podían detener las tareas preparatorias del próximo proceso electoral 2014-2015.

Por ello, el resultado creo que es satisfactorio para todos. El INE ejerció una de sus nuevas atribuciones, contribuyó a la transparencia de la compleja vida interna del PRD y los perredistas pudieron ejercer su derecho al voto de manera pacífica, tranquila y ordenada. El único pendiente de este proceso es el cómputo total para la integración del Congreso Nacional y el Consejo Nacional que se realizará el día de hoy por la Junta General Ejecutiva, con base en los cómputos distritales y estatales efectuados en las oficinas distritales y locales del INE. Al término de esa sesión se entregarán a la dirigencia del PRD los resultados con los anexos respectivos.

Para concluir es importante subrayar tres aspectos: 1) durante todo este proceso electivo, el INE no intervino en forma alguna en las decisiones del partido, 2) cada una de las actividades y etapas se apegó a lo dispuesto en la legislación y en los instrumentos normativos suscritos con el partido y 3) que la entrega de los resultados deja en entera responsabilidad del PRD la asignación de los nombramientos conforme a su normatividad.

Considero que esta experiencia contribuye a fortalecer el sistema de partidos en su conjunto, con independencia del beneficio específico para el PRD. No olvidemos que en una democracia los partidos son organizaciones que los ciudadanos crean para facilitar la articulación de consensos y para participar en los órganos de representación del Estado.

En tal sentido, creo que transparentar los procesos de renovación de las dirigencias partidistas, ya sea mediante esta modalidad o alguna otra, es una forma de contribuir a la institucionalización de sus decisiones, de fortalecer su vida interna y, con ello, de recrear nuestro sistema democrático. Me parece que en esta nueva tarea, el INE también demostró una vez más ser un ancla de estabilidad de los procesos político-electorales del país.

Presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral

No hay comentarios:

Publicar un comentario